En algún momento de nuestras vidas nos topamos con el hecho de que estamos avasalladlos. Por tu jefe, por tu papá, por tu pareja, por el policía de tránsito. Todos (o uno de ellos a la vez) piensan que tienen el poder sobre ti, y eso los hace sentir mas grandes.
A veces tú, como pareja, como padre, como jefe, como superior en cualquier sentido, avasallas. Y sí, por un momento se siente delicioso probar tu poder para mandar, para herir, para dominar e imponerte a la voluntad de un ser humano, como te lo hicieron a ti. Y así. Un día eres el insecto, al otro el parabrisas y este mundo sigue y seguirá repleto de gente que se humilla, que humilla y que siente ganas de inyectarse cloro al descubrir que perdió su voluntad por nada.