Rosa

Hoy estuve en tu pecho por lo que a mi me pareció solo unos segundos. Siempre tengo la misma sensación, como si nuestros encuentros fueran una tímida rosa que se abre, al principio legítimamente deseo alejarte de mi, siento tus labios en alguna parte no preseleccionada de mi cuerpo y se me olvida que me gustas que seas tan explosivo... lo odio, siento que me usas... que me uso como instrumento para sexo y placer y no para amor o responsabilidad... pero luego...

La rosa se va abriendo, y tus labios ahora son abrazados con los míos... o simplemente descansan en una superficie mas  receptiva, solo por recordar, por tener esa probadita de ti, de tu y yo que se marchita... pero aún no...

Aún nos queda toda la rosa, vibrante, como hubiéramos querido mantenerla para siempre, si para siempre existiera, aunque por un segundo, me parece a mi, por esas pequeñas fragiles horas en que eres mio solo, tanto cariño, tantas cosas compartidas... la comida, la ducha, los chismes del trabajo y la gente que conocemos, la rosa abierta despidiendo su olor, siendo rosa a toda plenitud.

Una vez marchita la guardo en el libro de mi corazón, nunca será tirada. Será siempre hermosa.

Hasta la proxima...