300 días después de conocerte aún no sabía quien eras. Me daba miedo el amor creciendo en mi pecho, como una bola de poder. No sabía lo que era no pude detenerlo. Supe que ya no iba a tenerte el día que entendí que te amaba, justo después de que escogí nuestra canción de amor.
Sin embargo, entender que te ibas fue fácil. Incluso antes de que el taxi llegara, lo que caminaba por mi casa era un fantasma que besaba mi boca una vez a la semana. Mi corazón nunca dio saltos detrás de recuerdos perturbadores, y a pesar de las sabanas frías mi sueño llegó cada noche después de ti. No se extraña lo que no se ha tenido y es evidente, que en la trenza de mis días tu eras esa hebra de pelo que nunca se amolda.
Tu amor se murió como un grito bajo el agua. Mi voz se apagó y con los pulmones llenos de agua nunca pude decirte que me tomó tiempo, pero al fin había encontrado nuestra canción de amor...