Qué manera de repetirse en un bucle infinito tiene esta puta vida!
Fumando me in cigarrillo me di cuenta que tengo mil arañazos en mi brazos. Del gato. Que de por sí lleva el nombre de un gato que tuvo munequito en su infancia. Del pequeño gatillo...
Verme tan lacerada no ha sido nada bueno. Ha disparado en mi muchos malos recuerdos. De un cortador de pasta que usaba para autolesionarme y que luego, achacaba al gato al verme descubierta.
Ya no tengo ese cortador de pasta, pero qué más da, igual me pasaba la navaja de la rasuradora, me quemaba o me mordía así que esa no es la excusas si en verdad quisiera lastimarme. Es el mirar los arañazos ser auténticamente arañazos de gatito y sentirme tan provocada a hacerlo algo que hace tiempo no hago. Y que me hacía daño, y que me marcó físicamente, espiritualmente de manera que ya no puede ni arañarme el gato sin que me incite a pesar en que si lo hiciera de nuevo... Tendria la perfecta excusa...