Todo es hasta un día.
Cuando por fin la fijación que tenía con alguien tóxico se evaporó no fue un día cualquiera. Para el resto de mundo si, pero en mi cerebro volaron serpentinas y llovieron los recuerdos como dulces abatidos de una piñata. Saben cuándo uno dice que siente el peso del mundo en sus hombros? Yo no... Pero si sentía el peso de sus huesos dentro de mis huesos, lo sentía a él dentro de mi.
Es más fácil escribir algo que sientes que algo que ya no sientes, es verdad, pero a saber mi desgracia. Justo cuando estoy celebrando que me liberé me doy cuenta de que tengo un nuevo grillete. Me queda la esperanza de saber que todo es hasta un día, y si yo pude sacarme a alguien de los huesos una vez...