La ultima cajita

Nunca tuve el amor muy en serio hasta ahora. No temía por mi corazón porque era yo quien los rompía, quien salía librada de la mas difícil de las relaciones, sin rasguños.

Pero ahora tengo 22 años. Y mi ideal tonto de ser el arco iris de alguien ya no es un ideal tonto, es una necesidad imperante, una razón para levantarse.

Sé como hacer que una persona me considere indispensable, hasta como hacer que se enamore de mi, lo que nunca aprendí fue a respetar una relación establecida, a apreciar mas allá de lo físico, o de lo nuevo, pues al morir la sensación de novedad moría mi interés. Aunque no voy a negar que tuve relaciones que debo confesar tormentosas, dolorosas… largas, por eso de que a las mujeres nos gusta sufrir.

Con el tiempo el amor para mi dejo de tener concepto. Dejó de ser atracción física, atracción emocional, no era nada, no era real, era… una cosa que yo acostumbraba a hacer para no sentirme rara, para que mis amigas no me mandaran a rebajar (siempre que me quedaba sin novio mis amigas me decían que tenia que perder peso para conseguir otro).

¿Cuando fue que desperté y entendí que no podía seguir jugando básquet ball con los corazones?

¿El mismo día que me di cuenta de que muchas veces consentí que se jugara básquet ball con el mío?

Ahora me aterra estar en manos de alguien. Porque se de la capacidad humana de herir, y sé de lo potenciador que es el amor para esa capacidad humana.

Le tengo miedo, pero anoche me dijo que el también me lo tiene…