Cuando me presentaban a alguien nuevo y la conversación nos empujaba a describirnos, yo me describía como alguien que no llora.
Como si fuera un super poder, o un bitcoin. Bárbara no llora.
Le digo a todos que no lloro por lo facil que es lidiar con las cosas que duelen cuando nadie más sabe que al parecer exploto cuando implosiono.
Felicidades! al final, descubriste mi Prestige. Pudiste usarlo para tenerme de rodillas, calentandote los pies en vez de levantar la correa. Pudiste ponerme en agua caliente y verme teñir tu vida, aromatizarla, curarla, pero preferiste verme arder.
Pudiste verme arder rápido y preferiste hornearme. Pudiste tenerme compasión, pero te gusta a lo Jeffrey Dahmer.
Ahora, cuando me presentan a alguien nuevo y la conversación nos empuja a describirnos, antes de empezar a hablar ya estoy llorando.
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