Verán, en lo romántico, solo me puedo describir como cuando una persona borracha llega a su casa y se golpea con las paredes hasta dar con su cama a dormir desorientada, maquillada y con zapatos. Sólo que yo nunca llego. Mi relación más significativa hasta ahora fue con una persona que me enteré que me engañaba cuando aun no tenía su yerra, pero en vez de irme, lo dejé que me dejara...
Como el perro de las dos tortas me quedé sin Muñequito y sin mi. La nena se enamora de nuevo, escribe poemas en secreto, se construye a Versailles en la novena nube y luego, la muerte.
La mía.
Me ves rogar. Todos se hinchan, se vuelven inalcanzables, imperturbables. Y yo, que soy una celosa veterana, para citar a Obama Michelle:
Cuando ellos se elevan nosotros nos arrastramos.
Me gana la paranoia, la autodevaluación, y coño yo no puedo denigrarme en silencio? Tengo que gritar y desplumarme? Derramo las salsas, rompo los platos. Que me escuchen los vecinos de los vecinos de los vecinos. Cansada de hacer enemigos me quedo en el suelo, de capirote, para que me comprendan cuando yo misma...
No hay comentarios:
Publicar un comentario