A la Rosa

Qué duro ha de ser nacer Rosa.

No poder dejar de oler al cielo

Ni de ser lo más bello, después de la luna.

Adornar las memorias, pero que nadie te piense.

Te deshaces por amor, por amistad, de la dicha

Te pisotean para demostrar que nunca harán daño

Ser un símbolo de la lealtad, al que traicionamos

Un requisito, y no la razón

Del color de la emoción, sin ser la emoción.

 

Al no verla en el último jolgorio

Busqué la equis del último día.

Descubrí que el sol ya le había dado una vuelta

En su final quise entender de dónde venía

 

Fue un capullito, un botón fragante

Que el día antes de la siega estaba radiante.

Una vez cortada a la altura perfecta

Habría perdido algunos pétalos, mientras la ofertan.

 

Pareciera que llora cuando la rocían

Yo lloraría…

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