El hecho de que me invitara ella a esa casa, decía mucho. Pero no me precipité a conclusiones. Acepté un café que me sirvió la taza de vidrio, con grabado en relieve de rosas, completamente transparente al que, sin ella saber, yo ya estaba acostumbrada...

-Está muy rico. Es nuez moscada?
-Como supiste?

Me acercó una bandeja de alfajores, que yo rechacé para evitarme el típico "tienes que adelgazar" que parece suprimirse si luego de decir hola digo también ESTOY A DIETA. Me preguntó por mi hijo, le dije que estaba bien. Me preguntó por la escuela, le dije que mal. Me recomendó que no la dejara como ella, que ahora se arrepiente y le prometí que me graduaría. 

-Sabes que te quiero como a una madre...

A pesar de que sería imposible... porque la ex esposa de mi novio me lleva 11 años, pero es baja y flaquita. Yo soy quien parece su mamá.

Una vez finalizado el café (que se lo agradezco, para evitar que me cayera mal después de la conversación) me dijo que necesitaba mi ayuda para descubrir quién se está acostando con su ex marido. Me dijo que todos sus esfuerzos por recuperarlo se ven frustrados porque el parece estar dedicado a ella.

-Confío en tu discreción- me dijo cuando oyó la puerta. Mi novio llegando del trabajo...
Me voy a quedar sin cabello por tu culpa

El libro que me compraste, te lo agradezco, lo amo, pero yo lo que quiero es estar contigo.

En vez de un libro debiste comprarme aspirinas, a ver si controlo la taquicardia que me cae cuando paso horas sin mirarte....

Lapicero Comestible

Si yo no soy sexy él lo es mucho menos. En su casa no tengo que timbrar y a menudo lo encuentro en "El Trono" o en la cocina abdomen protuberante a centimetros de la flama, o en la television con las manos dentro del boxer. Siempre que voy a su casa tenemos sexo, aunque por una buena porción del tiempo no parece que le apeteciera a él, y mucho menos a mi. Pero entonces me besa, con esa garra que me hace entender al 135% por qué lo voy a extrañar cuando ya no nos amemos. 

Ese día no lo encontré en la sala, ni el la cocina, ni el baño. De hecho, supe justo donde estaba por el camino de pétalos que indicaba su habitación. Sudaba copiosamente rodeado de 6 ó 7 velas, acostado de lado en la cama. Era evidente que se había deslizado por el estado del cubre cama y yo nunca había visto una forma mas matapaciones de cubrise los genitales con una sabana. No pude evitar la carcajada y él, con tono grave me dijo que yo no apreciaba los detalles que el tenía conmigo.

-Me escribí te amo en el cuerpo con lapicero comestible para ti- Dicho esto, procedí a reir tan fuerte que estuve a un pelo de necesitar una mascara de oxigeno. En algún punto de mi carcajada, debí contagiarlo y nos reimos por un buen rato, antes de apagar las sofocantes velas y encender la luz. 

Si en verdad había escrito te amo, ya se había borrado. Quedaba la melcocha de la tinta en las sabanas y un olor a carmelo de fruta y caucho, o eso me parecía. Se fue a dar una ducha rápida mientras yo cambiaba la ropa de cama, donde descubrí el lapicero de tinta de frambuesa, que no sabía nada mal. Esperé a que el amor de mi herida saliera de su ducha y se tirara de espaldas en su cama recien hecha. 

-Qué haces Mausa?- Me preguntó contorcionando el cuello, mientras yo escribía el nombre de su ex desde su cuello hasta la base de su espalda. 
-Un pequeño ritual- Le respondí antes de deslavar el nombre con mi lengua.




A la gente se lo niego, a ti te lo afirmo y yo, aquí tratando de averiguar...

Qué pasa cuando te vas a mil kilómetros de mí? No me da miedo que alguien invada mi parcela en tu alma. Siempre regresas, mi precioso pato canadiense, pero, por qué?

Mis celos encienden la mecha que corre aceleradamente. Estalla un montón de confeti que te hace exclamar de alivio... Ya estoy harta de vivir como que soy yo quien rompe las reglas. 

Me tumbas el pulso a carcajadas y te vas a caminar por mi mente para garabatear mi juicio. Pero aquí se acaba tu lata, y te borro yo. Te devuelvo lo que me hiciste sentir con tal de que te pares de mi pecho y me dejes respirar. Estoy lista para sentir que no me importas...