A la gente se lo niego, a ti te lo afirmo y yo, aquí tratando de averiguar...

Qué pasa cuando te vas a mil kilómetros de mí? No me da miedo que alguien invada mi parcela en tu alma. Siempre regresas, mi precioso pato canadiense, pero, por qué?

Mis celos encienden la mecha que corre aceleradamente. Estalla un montón de confeti que te hace exclamar de alivio... Ya estoy harta de vivir como que soy yo quien rompe las reglas. 

Me tumbas el pulso a carcajadas y te vas a caminar por mi mente para garabatear mi juicio. Pero aquí se acaba tu lata, y te borro yo. Te devuelvo lo que me hiciste sentir con tal de que te pares de mi pecho y me dejes respirar. Estoy lista para sentir que no me importas...

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